Consagración a Nuestra Señora de Coromoto

Amad@ amig@ lector/a de Venezuela, lee atentamente esta oración y que se encienda en ti el amor a la Santísima Virgen de Coromoto, y enorgullécete de llevar esta tu devoción a donde quiera que vayas:
Virgen Santísima de Coromoto, Madre de Dios y Madre Nuestra, míranos postrados reverentes ante Ti. Hijos tuyos somos, y como tales acudimos confiados a Tu Maternal protección. No mires, Virgen Clementísima, nuestros pecados y extravíos, ni consideres las culpas del pueblo venezolano, sino que por tus Excelsos méritos, alcánzanos a todos la Gracia del perdón de nuestras faltas, y que por Ti, la Sangre Redentora de Tu Divino Hijo, Jesuscristo Nuestro Señor, lave nuestros pecados y nos purifique de toda mancha de error y corrupción. Te reconocemos, Virgen Bendita, no sólo como Madre Nuestra, sino como la Augusta Soberana y Fidelísima Protectora y Patrona de Venezuela y del pueblo venezolano. En este día, solemnemente te ofrecemos y consagramos nuestras personas, nuestras familias, nuestras casas, nuestros bienes; nuestras autoridades eclesiásticas, civiles y militares; a nuestros amigos y bienhechores. Te ofrecemos nuestras alegrías y nuestras penas, nuestras obras y trabajos, nuestra vida entera y nuestro último suspiro. Y ya que somos todos tuyos, cuida de nosotros con solícito amor, guíanos por la senda de la virtud y el bien, y bendice y multiplica el bien de todas nuestras obras, instituciones, trabajos y empresas. Virgen María de Coromoto, derrama sobre Venezuela, ya que eres Su Augusta Protectora y Celestial Patrona, la abundancia de tus maternales bendiciones, para que con tu ayuda sea siempre fiel a los principios salvadores del Santo Evangelio, y que en sus leyes y constituciones se inspire siempre en esta fuente eterna de Verdad, de Vida y de Progreso. Presérvanos a todos del error del espíritu y de la corrupción del corazón, y atrae al regazo de la Iglesia a nuestros desafortunados hermanos que andan por los desiertos del error o extraviados por los vicios. Confiamos que por Ti, Virgen Santísima, tendremos siempre fuerza y valor para cumplir fielmente todos nuestros deberes religiosos, sociales y morales, y que después de haber sido fieles amantes tuyos en la tierra, tendremos la dicha de contemplarte y ser así partícipes de Tu Gloria en la Eternidad. Por Jesucristo, Nuestro Señor y Redentor, Amén