El siguiente milagro ocurrió entre los años 1652 y 1654, en tiempos en que la Reliquia - Imagen de la Virgen Santísima estuvo en la casa del encomendero de los indígenas coromotos el capitán Juan Sánchez, siendo ese lugar, ubicado en Soropo, actualmente un caserío del mismo estado llanero de Portuguesa, el primer santuario digno de llamarse tal para honra y gloria de la Inmaculada Madre de Coromoto. Se cuenta, además, que fue uno de los primeros milagros registrados:
Una hororable dama, famosa por su piedad y matriarca de una distinguida familia, doña María Serafina Matute viuda del Capitán don Antonio Roberto, desde hacía mucho tiempo estaba completamente ciega. La devoción que tenía, desde que lo supo, hacia Nuestra Señora de Coromoto le hizo esperar de María su curación, e hizo que la trasladasen a Soropo, donde el Capitán Juan Sánchez y su esposa dejaban que se venerase la imagen que la Santísima había dejado en manos del cacique. Una vez más, se confirmaba esta verdad: "la confianza es la llave de los tesoros divinos". María Serafina quería y esperaba que, con tres días de fervorosas plegarias, su curación fuese alcanzada de manos de María Santísima. Al primer día, ella empezó a ver los objetos blancos de modo confuso, semejante a bultos blancos; al segundo día, distinguía mejor, y por fin al tercer día del triduo, recuperó cabal y perfectamente la vista. Los que conocían a la señora María Serafina Matute de Roberto quedaron gratamente sorprendidos, y todos cuantos supieron este prodigio bendijeron a Dios y a Nuestra Señora de Coromoto por tan señalado favor y renovaron aún más su confianza en la Virgen Santa.
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