
Daguerrotipo tomado a la Reliquia en 1896 por el fotógrafo francés Émile Favré. Este fue el sorprendente resultado obtenido
Al igual que en México donde fue el indígena (proclamado Santo) Juan Diego, Ella nos legó, por la intercesión de su hijo y hermano nuestro, el cacique Coromoto de los indios del mismo nombre, una Milagrosa Imagen - Reliquia que, aún hoy, es objeto de estudio y análisis, pues está dentro de uno de los misterios espirituales y religiosos que bien merece un estudio aparte.
La Milagrosa Imagen - Reliquia dejada por la Virgen el día 8 de septiembre de 1652 en las manos del cacique es diminuta, y tiene forma ovalada. Es del tamaño de una moneda de 100 bolívares aproximadamente, midiendo 27 milímetros de alto por 22 milímetros de ancho. En la custodia que la preserva, esta miniatura está encerrada en un óvalo hecho de oro de 41 mm de alto por 33 mm de ancho. Según informe de los declarantes del archivo de la aparición de la Virgen, recogido en 1746, es "una impresión hecha sobre algo parecido a un papel como de seda".
Fotos de la Imagen - Reliquia de Nuestra Señora de Coromoto
En 1922, 1951 y en 1976, esta reliquia fue examinada y fotografiada por unos potentes lentes. Según consta, es una imagen hecha por trazos de pluma a rayas y puntos muy finos, como si fuera hecho en la técnica de la tinta china. En las fotos anteriores podemos apreciar el estado muy lamentable que presenta dicha imagen. Los colores están muy apagados que casi no se
distinguen y el lugar donde está el Niño Jesús está muy raído y deteriorado, lo cual es bastante alarmante. Según lo descrito con detalle en varios documentos de la época, la imagen presenta a la Santísima Madre con el Niño Jesús en Su Regazo, con la manita derecha levantada en actitud de bendecir y con un globo imperial (una esfera coronada por una cruz) en la otra manecita. La Madre Bendita está, aparentemente, sentada en una especie de camarín, un arco que forma como un portal sostenido por pilares delgados, y tanto Ella como el Niño están coronados. Ambos tienen túnicas de color blanco dorado, y Ella tiene un manto carmesí morado que cubre sus espaldas y hombros, dejando al desubierto Sus Manos que sostienen y presentan al Divino Niño. En este párrafo está una foto de un relicario de la época colonial que alberga una copia hecha en 1766 de la Imagen - Reliquia de la Virgen de Coromoto que se conservaba en el convento de las monjas Carmelitas de Caracas. Dichas copias se hacían in situ y eran llevadas y traidas desde y hacia Guanare para ser bendecidas y llevadas por los devotos en sus viajes y mudanzas.

Con el tiempo, dicha imagen se fue dando a conocer con pequeñas variantes, mas si alterar demasiado lo esencial de la misma. En otras entregas veremos cómo incluso los artistas plásticos más renombrados de Venezuela han representado a la Santísima Madre de Coromoto.


Para cerrar, queremos compartir esta oración a Nuestra Señora de Coromoto que data de 1925,
y que quizás aún hoy tiene mucha vigencia. Esta oración ha sido enriquecida por muchos obispos con 200 días de indulgencia parcial cada vez que se recite, y 300 días de indulgencia plenaria si se acompaña de los sacramentos de la Reconciliación y la Eucaristía; en ambos casos, se acompaña con una Salve:

Virgen Santísima, Madre de Dios y Madre Nuestra, por cuya poderosa mediación los fieles llegamos al conocimiento de la Fe Cristiana. Hermosísima Aurora que brillaste apareciéndote en Coromoto y nos dejaste una preciosa prenda de Tu Amor en una Milagrosa Imagen, apiádate de nosotros, alivia nuestros males, poderosísima Abogada nuestra, y fortalécenos en la lucha contra los enemigos del alma.
¡Oh, Patrona y Protectora de Venezuela! Haz que nuestra nación siga siempre en sus leyes, en sus costumbres y en sus empresas los sabios y salvadores principios del Santo Evangelio; protege nuestras instituciones, destierra de nosotros el vicio, la impiedad y la indiferencia religiosa; en una palabra, renueva la Fe en nuestra amada Patria. Promueve en nuestra sociedad obras vivificadoras de salud, adelanto moral y material, para que, gozando de los beneficios de una paz tranquila, honremos y sirvamos fielmente en la tierra a Tu Hijo Jesucristo, a fin de gozarle eternamente en el Cielo. Amén
¡Oh, Patrona y Protectora de Venezuela! Haz que nuestra nación siga siempre en sus leyes, en sus costumbres y en sus empresas los sabios y salvadores principios del Santo Evangelio; protege nuestras instituciones, destierra de nosotros el vicio, la impiedad y la indiferencia religiosa; en una palabra, renueva la Fe en nuestra amada Patria. Promueve en nuestra sociedad obras vivificadoras de salud, adelanto moral y material, para que, gozando de los beneficios de una paz tranquila, honremos y sirvamos fielmente en la tierra a Tu Hijo Jesucristo, a fin de gozarle eternamente en el Cielo. Amén