
El principal motivo que nos mueve a rescatar estas oraciones del olvido es, precisamente, el mismo que movió al reverendísimo Hermano lasallista Nectario María a hacer lo propio en 1927, que escribió: "El culto a la Madre de Dios, bajo este título de Coromoto, gozó en un tiempo de universal prestigio en Venezuela, y hoy se trabaja por su resurgimiento, ya que esta comprobada aparición de la Santísima Virgen en nuestra Patria es, en alto grado, honrosa para el país, y puede equipararse a sus apariciones de Guadalupe, Lourdes o Fátima. La Santísima Virgen de Coromoto se complace en colmar de bienes a los que la honran y divulgan su culto". Están demás, entonces, cualquier otro comentario al respecto.
Comencemos por las oraciones más antiguas dedicadas la Santísima Madre de Coromoto, unas adaptaciones de la conocida Salve, Estrella del Mar del siglo XVI y que datan del siglo XIX:

"Salve, del mar estrella. Salve Madre sagrada de Dios, siempre Virgen, Puerta del Cielo santa; tomando de Gabriel el Ave, Virgen Sagrada, mudando el nombre de Eva, paces divinas tratas; la vida restituyes, las cadenas desatas, todos los males quitas, todos los bienes causas. Muéstrate, Madre del Coromoto, y llegue a ti nuestra esperanza a quien por darnos vida nació de tus entrañas. Entre todas piadosa, Virgen María, en nuestras almas libres de culpa, infunde virtud humilde y casta. Consíguenos una vida pura, camino firme allana, que quien a Jesús llega, eterno gozo alcanza. Al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo una alabanza a los tres demos, así como eterna gratitud. Amén".
En próximas entregas iremos compartiendo este tesoro devocional coromotano, algunos de ellos hermosos poemas dignos de ser compilador en un Romancero.