
Compartimos con Uds. la cuarta oración de la novena a Nuestra Patrona Celeste que data de 1751, hecha en Caracas por el Presbítero Licenciado Ambrosio Borges y aprobada por el Ilustrísimo Obispo Antonio Díez Madrozero. Adaptamos su estilo al castellano actual para mejor facilidad de lectura. Según recomendación del gran difusor del culto coromotano el Hermano lasallista Nectario María, es muy bueno que luego de leerla recemos 3 Padre Nuestros a la Santísima Trinidad por los privilegios, gracias y dones con los que adornó a la Santísima Virgen, y 12 Ave Marías por la corona de doce estrellas con que fue Ella vista en el Apocalipsis, y cerremos con el rezo de 1 Padre Nuestro, 1 Ave María y 1 Gloria pidiendo por la intercesión de Nuestra Señora de Coromoto por la paz de nuestra amada Patria Venezuela.
Dios te salve, dulzura inefable, rico panal de miel celestial de la Gracia, labrado por la Omnipotente Mano de Dios, para ser Paraíso de sus deleites, gusto y alegría de los corazones que te aman en la tierra de Venezuela y encanto y admiración de los espíritus celestiales. ¡Virgen bendita del Coromoto! Eres Madre dichosísima en cuyo purísimo ser el Dulcísimo Creador derramó la infinita suavidad e inefable dulzura de Su Divinidad. Con tu bondadoso auxilio suavizas nuestras penas, nos ayudas a reprimir nuestras pasiones, nos fortaleces en toda tentación y derramas sobre nuestras almas y corazones el suave rocío de tu dulce consuelo. ¡Virgen purísima de Coromoto! en ti puso Dios la plenitud de Sus Gracias y Misericordias, para que seas dulzura y alivio de cuantos clamen a ti desde este, tu país, tu Venezuela, este valle de lágrimas y duelo. Ya que eres la alegría de cuantos te invocan, no nos dejes en llanto y pesares. Atráenos con tu amabilidad y dulzura maternales para que, apartándonos de los gustos falaces y deleites de este mundo, evitemos todo mal y merezcamos entrar un día en el gozo eterno. Amén