Ante nosotros tenemos un folleto que fue editado en los años '90. En él se encuentra una serie de oraciones dedicadas a la Santísima Señora de Coromoto en una Novena, muchas de las cuales han tenido una gran repercusión recientemente por lo actual de las mismas pese a los años que han transcurrido desde su edición, desde 1751. Obviamente se han ido agregando más y más oraciones con el objeto de ir ajustando la devoción a la Madre de Dios en nuestro territorio a los nuevos tiempos y a las necesidades de nuestro pueblo.
El principal motivo que nos mueve a rescatar estas oraciones del olvido es, precisamente, el mismo que movió al reverendísimo Hermano lasallista Nectario María a hacer lo propio en 1927, que escribió: "El culto a la Madre de Dios, bajo este título de Coromoto, gozó en un tiempo de universal prestigio en Venezuela, y hoy se trabaja por su resurgimiento, ya que esta comprobada aparición de la Santísima Virgen en nuestra Patria es, en alto grado, honrosa para el país, y puede equipararse a sus apariciones de Guadalupe, Lourdes o Fátima. La Santísima Virgen de Coromoto se complace en colmar de bienes a los que la honran y divulgan su culto". Están demás, entonces, cualquier otro comentario al respecto.
Comencemos por las oraciones más antiguas dedicadas la Santísima Madre de Coromoto, unas adaptaciones de la conocida Salve, Estrella del Mar del siglo XVI y que datan del siglo XIX:
"Virgen del Coromoto, Madre del Redentor, Virgen fecunda, Puerta del Cielo siempre abierta, Estrella del Mar; ven a librar a tu pueblo, que tropieza y quiere levantarse. Ante la admiración de Cielo y tierra, engendraste a Tu Santo Creador, y permaneces siempre Virgen. Recibe el saludo del Ángel Gabriel, y ten piedad de nosotros, pecadores. Amén".
"Salve, del mar estrella. Salve Madre sagrada de Dios, siempre Virgen, Puerta del Cielo santa; tomando de Gabriel el Ave, Virgen Sagrada, mudando el nombre de Eva, paces divinas tratas; la vida restituyes, las cadenas desatas, todos los males quitas, todos los bienes causas. Muéstrate, Madre del Coromoto, y llegue a ti nuestra esperanza a quien por darnos vida nació de tus entrañas. Entre todas piadosa, Virgen María, en nuestras almas libres de culpa, infunde virtud humilde y casta. Consíguenos una vida pura, camino firme allana, que quien a Jesús llega, eterno gozo alcanza. Al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo una alabanza a los tres demos, así como eterna gratitud. Amén".
En próximas entregas iremos compartiendo este tesoro devocional coromotano, algunos de ellos hermosos poemas dignos de ser compilador en un Romancero.
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