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Te damos la más cordial bienvenida a esta bitácora, dedicada a la Santísima Virgen María de Coromoto, Patrona de Venezuela, y a Su Divino Hijo Nuestro Señor Jesucristo Realmente Presente en el Santísimo y Divinísimo Sacramento del Altar en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. Te pedimos que te unas a nuestra cadena de oración permanente, con oraciones, rosarios, misas, meditaciones, ayunos, etc., lo que desees y puedas hacer, por nosotros, por ti y tus necesidades y angustias, y sobre todas las cosas, por la paz del mundo entero, la paz de tu país y la paz de Venezuela. Siempre tengamos presente dar las gracias a Dios, porque es Él la Fuente Inagotable de todos los milagros...
Los amigos de Nuestra Señora de Coromoto, Patrona de Venezuela

sábado, 6 de septiembre de 2008

Algunos Milagros y Portentos obrados por Nuestra Señora de Coromoto (III)

La Santísima Virgen María se apareció ante el cacique Coromoto, de la tribu de los indígenas Cospes en 1652, regalándonos a todos Su Milagrosa imagen como prenda de Amor, Fe y Esperanza para toda Venezuela. 
Aquí se revela de manera implícita el mensaje de la Virgen de Coromoto, en el caso que les presentamos hoy. En realidad son dos caras, dos aspectos de un mismo milagro ocurrido a dos personas distintas, pero que no dejan de llamar la atención por lo sucedido en cada uno de los beneficiarios del mismo. Ambos ocurrieron alrededor del año 1670. Dos hombres, uno procedente de Gibraltar, población del sur del Lago de Maracaibo, de nombre Lázaro, y otro, de Boconó, en Trujillo, de nombre Antonio de Torres. Ambos presentaban un cuadro realmente lamentable: ambas piernas tullidas, con grandes llagas de lepra, tan gravemente lisiadas que no podían ni caminar ni sostenerse por sí mismos. En ambos casos, ya habían tenido hijos, y ambos hombres, sin conocerse, hicieron la jornada de peregrinación a Guanare por sus medios, haciéndose trasladar por un sillón de manos por todo el camino (como el mostrado en la foto de arriba a la izquierda), acompañados de sus respectivas esposas e hijos, así como de sus esclavos y hombres y mujeres de confianza, rezando y orando por en el camino. Ambos hicieron la promesa solemne de que si se curaban de sus dolencias, permanecerían en Guanare por el resto de sus vidas. Ello explica el porqué del traslado con tantas personas, y si tenemos una ligera idea, ambas caravanas serían de entre 20 y 30 personas aproximadamente, y con muchas mulas y algunos caballos.
Tomemos el caso de Lázaro de Gibraltar. Se principió una novena de oraciones en honor a
 Nuestra Señora de Coromoto, y se le permitió ungirse las llagas con el aceite de las lámparas que alumbraban el sagrario donde se encontraba la Reliquia - Imagen de la Santísima Virgen. La mejoría no se hizo esperar, y ya al sexto día de la novena, Lázaro había quedado sano de todos los males que lo habían afligido por largo tiempo. Por espacio de 8 años consecutivos cumplió con su promesa, y como era blanco hidalgo, logró hacerse de bienes y recursos. Pero su esposa no se sentía cómoda viviendo en Guanare, y al cabo de ese tiempo, y a instancias de ella,  Lázaro regresó a Gibraltar. Pronto volvieron las lepras y todas las dolencias antiguas, y al cabo de los 20 días de su llegada, falleció.
En el caso de Antonio de Torres de Boconó, todo sucedió como en el caso de Lázaro: se dió comienzo a una novena de oraciones a la Virgen de Coromoto, le ungieron las llagas con el aceite de las lámparas que alumbraban la Imagen de María Santísima, y a los 6 días ya estaba total y perfectamente sano de su enfermedad. La diferencia es que don Antonio sí se quedó en Guanare, tal como había ofrecido como promesa a la Virgen, hasta que falleció muchos años después.
Al margen de lo que se pueda pensar de ambos casos, el hecho es que están registrados en el precioso documento de 1746, redactado por el doctor Carlos de Herrera en Guanare: Información de la Aparición y Milagros de María Santísima de Coromoto. Y ambos son testimonios de algo que nos viene a la mente: uno de los mandamientos del Decálogo dice muy claramente "No jurarás en el Nombre de Dios en vano". Así que tengamos el cuidado y la delicadeza de cumplir y agradecer por los favores, milagros y portentos que recibimos, ya que todos provienen de Dios, y de las manos e intercesión de María de Coromoto, Nuestra Patrona de Venezuela.

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